viernes, 27 de diciembre de 2013

Historia de la moda: Mariano Fortuny y el vestido Delphos

Las que hayáis visto la adaptación televisiva del libro "El tiempo entre costuras" seguro que recordáis las imágenes que os muestro a continuación.




En ellas Rosalinda Fox viste una recreación del mítico vestido Delphos de Fortuny realizado por Sira Quiroga.
El vestido Delphos fue una creación del Inventor, pintor, grabador, fotógrafo y diseñador de moda, Mariano Fortuny y Madrazo, considerado por muchos como el Leonardo Da Vinci español.




Nació en Granada en 1871, en el seno de una familia volcada por completo en el mundo del arte. Su padre era el genial pintor español Mariano Fortuny, y su madre, Cecilia de Madrazo, también provenía de una familia de artistas pues era hija del también pintor Federico de Madrazo y hermana de Raimundo de Madrazo.
A los tres años de edad su padre moría y su madre decide trasladarse con sus hijos y su hermano Raimundo a París. Allí, Mariano pronto destacó por su talento artístico y empezó a pintar con Jean-Joseph Benjamin-Constant. También estudió dibujo y química en Francia y Alemania. En 1889 la familia se muda, esta vez a Venecia, y Mariano asienta poco después su taller en el Palacio Pesaro degli Orfei.
Movido por sus inquietudes artísticas, desde joven, Fortuny viajó por toda Europa a la búsqueda de artistas que admiraba, entre ellos el compositor alemán Richard Wagner. Su talento abarcaba también la investigación en diferentes campos, como en pintura, fotografía, escultura, arquitectura, escenografía o técnicas de iluminación para artes escénicas.
Expuso por primera vez sus cuadros en Londres en 1894 y en 1897, conoció en París a la mujer con la que se casaría, Henriette Negrín. Más tarde haría exposiciones en París (1899), Milán (1900) y Barcelona (1922).
Fortuny, como polifacético hombre de su tiempo, reflejó en sus obras el estilo del modernismo y su espíritu ecléctico. Colaboró en los vestuarios y escenografías del teatro de la Scala de Milán, para obras como Tristán e IsoldaLa valquiria o La vida breve.
Son especialmente importantes sus creaciones en el mundo de la moda, recuperando el gusto por la indumentaria de la Antigua Grecia y creando un estilo muy personal y de gran éxito, caracterizado por largas túnicas (Delphos) hechas de telas ligeras con pliegues muy finos, para los que inventaría una máquina para realizarlos. También se implicó en el diseño textil, innovando en el tintado de las telas y en los estampados para hacerlos parecer de la Antigüedad. 





El Museo del Traje de Madrid, que cuenta con un apartado dedicado a su figura, organizó en 2010 una exposición en la que se repasaba su trayectoria. Sin embargo, sí es cierto que el país natal de este polifacético artista no parece haberle dado el reconocimiento que merecía.
De hecho, después de su muerte, el Gobierno español rechazó el ofrecimiento de su viuda, Henriette Negrín, de donarle el Palacio Orfei de Venecia, residencia y estudio del artista. Tras la negativa, Italia aceptó encantada el preciado regalo, el cual, hoy en día, sigue abierto al público.

A continuación os muestro una serie de imágenes del vestido Delphos. Es una túnica plisada que imita en su forma al chitón jónico, un tipo de vestimenta griega. En algunos modelos se acompaña de una sobretúnica corta, igualmente plisada, y con el borde inferior rematado en cuentas de cristal, que se puede considerar una “reversión” del tradicional manto (llamado “himation”) usado por las antiguas damas griegas sobre las túnicas. El conjunto es completado con una cinta a modo de cinturón, elaborada en raso de seda, estampada mediante serigrafía y adornada (generalmente) con un diseño vegetal de inspiración oriental.
Los finos pliegues de seda caen desde el hombro y moldean el cuerpo sutilmente, su intención era mostrar la belleza natural del cuerpo. Este modelo es un potente ejemplo de las nuevas tendencias del siglo XX, basadas en el desligo del corsé. Aquí cabe exponer la siguiente anécdota: por lo anterior, en un primer momento, este vestido solo era usado para estar en casa.






















Otro aspecto importante en él, es el color: los pliegues cambian de color segun el movimiento y el reflejo de la luz, resultando un efecto de gran belleza. Fortuny, como todo buen pintor, amaba el color y, tanto en sus telas estampadas como en sus vestidos, supo plasmar aquello magistralmente. La sorprendente gama cromática de los Delphos (naranjos, rojos cochinilla, azules índigos, rosas, verdes esmeraldas, blancos marfileños, violetas) de matices cambiantes a la luz, se debe a los tintes utilizados por Fortuny en su fabricación. Todos ellos naturales, de origen mineral u orgánico, fueron elaborados mediante fórmulas secretas extraídas de antiguos manuales y tratados sobre el arte de la tintorería, así como de viejas recetas que le fueron confiadas por ancianos artesanos de la región del Véneto. 





Fortuny nunca reveló estas fórmulas y de ello se alimenta la leyenda del artista, según la cual, al día siguiente de su muerte, su viuda Henriette arrojó a las aguas de los canales de Venecia los colores elaborados por su marido, para que nadie pudiera imitarlos. Algo que, de ser verdad, consiguió realmente, porque a pesar de los numerosos análisis que se han efectuado de los tejidos, todavía no ha sido posible encontrar la fórmula de estos colores, por lo que la reproducción perfecta de los mismos no es posible hasta el día de hoy.












¿Habíais oído hablar del vestido Delphos?

Un beso.
Mónica

6 comentarios:

  1. si,porque yo tuve uno,bueno mi madre me hizo uno.un besote,laura

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    1. Pues Laura, seguro que tu madre era una muy buena costurera para poder copiar esta preciosidad de vestido.
      Un beso.
      Mónica

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  2. un vestido muy bonito

    http://losviajesysibaritismosdeauroraboreal.blogspot.com.es/

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  3. Un vestido que nunca pasará de moda....

    http://cocoolook.blogspot.com.es/

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Muchas gracias por comentar.
Mónica